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3 Señales de Consecuencias Poco útiles… ¡y Cómo Solucionarlas!

Span Unhelpful Consequences

“¡Eres estúpido!” dice el niño frustrado.

El padre se siente molesto, incluso un poco enojado y responde: “¡No puedes hablarme de esa manera! ¡Estás castigado por el resto del día! ¡Ve a tu habitación y piensa en lo que dijiste!”

Los padres tienden a manejar los comportamientos inadecuados de sus hijos de esta manera con la esperanza de enseñarles una lección. Pero a veces este tipo de correcciones puede llevarlos en la dirección equivocada. Este tipo de consecuencias pueden causar más enojo y falta de respeto en el futuro.

Aquí hay tres características de las consecuencias poco útiles que los padres usan frecuentemente cuando sus hijos se portan mal o tienen problemas.

3 características de consecuencias poco útiles:

1. Dadas cuando se está enojado (así sea solo un poco)

Cuando creamos una consecuencia rápida mientras estamos de mal genio, esto tiende a enojar a nuestros hijos también. Pero parece “funcionar”, así que seguimos haciéndolo. Puede ser sutil, pero los niños tratados de esta manera tienden a cubrir su frustración o enojo, y luego este se manifiesta más tarde en la forma de algún otro tipo de falta de respeto. Lo castigamos nuevamente, quizás con un poco más de energía, y pronto nos encontramos en un ciclo problemático donde nuestro irrespeto eventualmente se encuentra con el de ellos. Para un niño, es difícil respetar y obedecer a un padre que perciben como irrespetuoso, al igual que es difícil para un padre respetar y obedecer a un jefe/esposo/amigo que se la pasa fuera de control.

2. No tienen relación con la mala conducta

Un niño que contesta mal y recibe como consecuencia un castigo de “ve a tu habitación y piensa en lo que has hecho” no verá la relación entre su elección de palabras y la consecuencia… porque no hay ninguna. Y en lo que probablemente el niño piense, si es que piensa en algo, es en lo enfadado que está con sus padres. Los padres caen frecuentemente en la rutina de dar consecuencias que causan algún tipo de dolor pensando que ese dolor motivará a los niños a comportarse mejor en el futuro. Lamentablemente, esto puede “funcionar” por un tiempo limitado porque el dolor sí moldea el comportamiento, pero no hace nada para alcanzar la parte lógica del cerebro del niño.

3. Exageradas y desproporcionadas

Cuando damos consecuencias que están fuera de proporción con respecto a la mala conducta, los niños tienden a sentir profunda injusticia e impotencia. También pueden sentirse abrumados y, una vez más, reaccionar fuertemente contra el padre. Castigar a un niño durante un mes porque no sacó la basura es una reacción desproporcionada. Las consecuencias exageradas son vistas por los niños como controladoras y manipuladoras y no hacen nada para ayudar a los niños a crecer hacia la sabiduría; más bien, les enseñan que “la fuerza hace la razón” y que obtener poder es lo más importante. Cuando los niños se sienten controlados por los padres, pueden someterse al padre, pero tenderán a buscar a alguien a quien puedan controlar. ¡Esa persona usualmente es un hermano menor!

En su lugar, esto es lo que puedes hacer:

1. Despeja tu mente y cálmate.

Lo que necesites hacer para calmarte, descúbrelo y hazlo. Ejemplos que he utilizado o he escuchado que otros padres usan incluyen: dar un paso atrás, contar hasta diez o aplicar loción en las manos antes de decirle algo al hijo, sonreírle al hijo, respirar profundamente, orar por la paz de Dios en la situación. El resultado de calmarte es que podrás entonces enfocarte en la mala conducta de una manera respetuosa y útil. El enfoque no será tu enojo, sino el problema en cuestión. ¡Tu hijo tendrá más respeto por ti y tú también tendrás más respeto por ti mismo!

Los niños tienen más probabilidades de aprender de sus errores cuando tienen una consecuencia que se centra en ayudarles a aprender y a crecer. Ese tipo de consecuencias no ocurren cuando los padres están enojados e irritados.

2. Piensa en una consecuencia que sea coherente con la falta.


Como padres, conocemos los “delitos” típicos que cometen nuestros hijos, pero usualmente nos hacemos los sorprendidos cuando ocurren. ¡En lugar de quedarse atrás y dar consecuencias de manera reactiva, piensa con anticipación! Tengan una reunión familiar para reflexionar en los tipos de malos comportamientos que ocurren seguido en la familia (incluidos los de los padres) y comiencen a pensar en consecuencias útiles y apropiadas que fomenten un aprendizaje saludable y también la reconciliación. Algunas ideas de este tipo de consecuencias incluyen: decir 4 cosas amables y verdaderas por cada palabra hiriente dicha, reparar una relación rota pasando tiempo juntos o dando un regalo sincero al otro, recompensar el tiempo que mamá pasó haciendo algo por ti haciendo varias de las cosas que mamá tiene que hacer.

3. Da consecuencias razonables que fomenten la sabiduría.

Si tu hijo no sacó la basura cuando debía, quizás se le podría asignar otra tarea doméstica para ayudarle a recordar que debe atender a sus responsabilidades. Si un niño entra por la puerta y deja su mochila, chaqueta y el proyecto de ciencias del mes pasado en la entrada, quizás podría volver a ponerse la mochila y la chaqueta y sacar el proyecto por la puerta para tener la oportunidad de hacerlo de nuevo y colocar las cosas donde corresponden. Estas consecuencias son razonables y ayudan a mantener el enfoque en tomar una decisión más sabia la próxima vez en lugar de en una lucha de poder con mamá o papá.

Las consecuencias son un componente importante de enseñanza para nuestros hijos. Cuando los padres aprenden a manejar bien las consecuencias, los niños tienden a crecer en sabiduría sobre cómo sus palabras y acciones (¡o inacción!) impactan a los demás. Les enseñan a los niños que son responsables de sus acciones y de sus vidas.

Aplícalo ahora:

  • ¿De qué manera tus consecuencias han frustrado a tu hijo y le han impedido aprender lecciones importantes?
  • ¿Cuál es una lucha común que tu hijo tiene donde se necesitan consecuencias para ayudarle a crecer?
  • ¿Cómo puedes ser más reflexivo para ayudar a tu hijo a crecer en esta área? ¿Cuál podría ser una consecuencia apropiada para ayudarle a aprender?
Chad Hayenga
Chad Hayenga
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