Cómo Convertirse en un Padre Emocionalmente Seguro

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¿Qué significa ser un padre emocionalmente seguro?

Ser un padre emocionalmente seguro puede ser difícil. Hay unas ideas claves para ser un padre seguro que están resumidas en una conversación que tuve con un papá al que asesoré.

Él me dijo: “Soy muy competente en mi trabajo y con mis amigos. Me siento bien casi todo el tiempo. Soy amigable y eficaz, y mis colegas respetan mi autoridad. Pero cuando mis hijos se portan mal, ¡es como si perdiera al ‘verdadero yo!’ Me convierto en alguien que no conozco, en alguien que no me gusta.”

Muchos padres tienen confesiones similares. Nos dicen: “Muchas veces no me gusta el “yo” que sale cuando disciplino a mis hijos”. Esto nos lleva a reflexionar en ¿Quién es realmente “el verdadero yo” cuando estamos criando a nuestros hijos?, ¿Cómo podemos ser “auténticos” y “reales” de maneras que no alejen a nuestros hijos?

La dura verdad acerca del “verdadero yo”

La dura verdad es que lo que sale de nosotros en momentos de disciplina ES parte del “verdadero yo”. Sé que esto puede ser difícil de aceptar, pero para convertirse en un padre seguro es importante reconocerlo. Seamos sinceros… nuestros hijos algunas veces hacen cosas que nos causan rabia. Ellos saben mejor que nadie que es lo que nos molesta y nos saca de casillas. En general cuando algo nos molesta, nuestro pecado tiende a salir a la luz, y esto es cierto especialmente cuando quienes nos molestan son nuestros propios hijos.

Con mucha frecuencia lo que se revela no pinta una imagen bonita. Los padres estresados se sienten desesperados y usualmente hacen lo más conveniente para poder recuperar un sentido de control en la situación. Si la ira o las amenazas nos traen resultados inmediatos, es lo que ponemos en práctica. Aunque esto puede funcionar temporalmente para lograr que los niños hagan lo que queramos de forma rápida, a largo plazo la relación entre padres e hijos se debilita.

Cuando esto sucede, le estamos comunicando involuntariamente a nuestros hijos que no somos emocionalmente seguros. Lo que llevará a que ellos se protejan cerrando sus corazones hacia nosotros.

De la abundancia del corazón…

En Mateo 12:34 Jesús dijo, “… de la abundancia del corazón habla la boca.” En otras palabras, cualquier “carga” que tengamos en nuestro corazón se desborda hacia nuestros hijos. Cuando lo que hay en nuestro corazón es ira, ansiedad o una necesidad de control, no podemos evitar transmitir mensajes a nuestros hijos que ellos entienden como:

  • “Eres un fastidio.”
  • “Eres un problema.”
  • “Me haces dar rabia” (lo que pone al niño en control de las emociones del padre).
  • “No te amo cuando te portas mal.”

Cuando los niños reciben estos mensajes, resisten frecuentemente nuestros esfuerzos por disciplinarlos. Incluso si los niños hacen lo que nosotros queremos para evitar el rechazo o el castigo, este tipo de mensajes no construyen valores en ellos que los motivarán a hacer lo correcto por buenas razones.

Casi todos los padres ejercen de vez en cuando la crianza desde un lugar de ansiedad o necesidad de control. Pero si se convierte en la norma, es probable que los niños hagan de esos mensajes su identidad. Y con el tiempo, el resentimiento crecerá.

Como le pasaba al papá al que asesoré, cuando los niños siguen recibiendo estos mensajes, “se portarán mal” con más frecuencia y de manera más explosiva. Este es un buen indicador de que es momento de “mirarse en el espejo” y reflexionar en lo que está pasando dentro de mí, antes de buscar otro consejo de crianza para corregir el comportamiento de sus hijos. Es el momento de aprender más sobre ser emocionalmente seguro.

El efecto de la gracia

Si te sientes desanimado porque ser alguien emocionalmente inseguro describe quien eres, no pierdas la esperanza. Todos hemos estado ahí. Errar es humano. Si no cometemos errores, no aprendemos ni crecemos. Y, lo que es más importante, no sentimos el bálsamo sanador de la gracia de Dios. Al recibir la gracia de Dios, puedes transmitir esa gracia a tus hijos y ser un padre emocionalmente seguro.

La esencia de la seguridad emocional es creer en la afirmación “sin condiciones” sobre quién eres (y quiénes son tus hijos) en Cristo. Estos son mensajes de identidad que brotan del corazón de Dios para nosotros. Mensajes como:

  • “Estoy por ti , no contra ti.”
  • “Estás a salvo conmigo. Dios me da paz y sabiduría.”
  • “¡Te amo sin importar si te comportas mal!”
  • “Eres capaz de superar esto y resolverlo.”
  • “Eres responsable y aunque las consecuencias sean difíciles para ti, estoy aquí contigo.”

Estos son mensajes de gracia. Son los mensajes de amor que Dios nos demuestra en el pecado de nuestro “mal comportamiento” (ver Romanos 5:8). Cuando podemos disciplinar de una manera que transmite estos mensajes, tenemos una mejor probabilidad de que nuestros hijos abran sus corazones a nuestra influencia.

Pero lo que es aún más importante, nuestros hijos se vuelven más abiertos a ver su propio pecado y entender mejor la gracia que Cristo nos da. Cuando los niños de todas las edades reciben estos mensajes, su identidad se fortalece. Y entre más escuchen estos mensajes, más podrán acogerlos y aceptarlos como su identidad.

Aprender a recibir la gracia de Dios para nosotros mismos y luego dispensar esa gracia a nuestros hijos está en el corazón de convertirse en un padre emocionalmente seguro. Cuando hacemos esto, podemos centrarnos más en cuidar los corazones y las almas de nuestros hijos que en manejar su mal comportamiento.

Pasos prácticos para convertirse en un padre más seguro:

1. Piensa en verdades que están llenas de gracia. ¿Cuál de estas verdades necesitas recordar más seguido?

  • Dios está conmigo a pesar de mis errores.
  • Dios ama a mi hijo y a mí en medio de este caos.
  • La única persona a la que puedo controlar es a mi.
  • No necesito resolver esto inmediatamente (…en la mayoría de los casos).

2. Respira profundo varias veces y en oración, pregúntate: “¿Qué mensaje quiero que mi hijo reciba de esta interacción?” Deja que la respuesta guíe la forma en la que le respondes a tu hijo.

3. Si aún estás confundido, di: “Todavía no estoy listo para hablar de esto. Déjame pensar/orar al respecto y te responderé más tarde”.

Estos simples pasos harán que el momento de disciplina se haga más lento para que puedas responder de una manera emocionalmente segura. Cuando lo hagas, es mucho más probable que los niños piensen cuidadosamente acerca de su propio comportamiento en lugar de pensar en cómo defenderse. ¡Es más, en este proceso ellos podrán aprender lecciones muy valiosas de vida mientras modelas autocontrol y respeto!

¡Cualquier cambio pequeño que hagas para convertirte en un padre emocionalmente seguro, celébralo! Cualquier cambio positivo que hagas en tu crianza es muy importante para tu hijo.

Jim Jackson
Jim Jackson
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